Ana regala sus juguetes, al igual que muchos otros niños judíos, antes de ocultarse. Deja algunas de sus pertenencias más preciadas en casa de su joven vecina Toosje Kupers. Entre estas cosas se encuentra esta lata metálica con canicas.
Lata metálica con canicas
Juguetes de Ana
‘Pienso que, tal vez siguiendo los consejos de sus padres, aquellas pertenencias que consideraba importantes, debía regalarlas. Pues, de otro modo, otras personas vendrían a por ellas y era mejor evitarlo.’
Ella conservó siempre estas pertenencias y las donó, en 2014, a la Casa de Ana Frank.