En la mañana del 7 de marzo de 1936, las tropas alemanas ocuparon Renania. Esta es una parte de Alemania que se encuentra en la frontera con Francia. En virtud del Tratado de Versalles, Alemania no podía tener una ejército.
Hitler se arriesga, porque no sabe cómo van a reaccionar los aliados. Él envía a 3.000 soldados. Para hacer que sus tropas parezcan más numerosas, policías también marchan. Todo el mundo tiene la orden de retirarse, si intervienen países extranjeros.
Esto no sucede. El resto del mundo casi no toma medidas en contra. Antiguos enemigos de Alemani: Francia e Inglaterra están demasiado ocupados con sus propios problemas en sus países y tiene temor de una nueva guerra. Además, algunos opinan que Renania debe ser devuelta a Alemania. La zona siempre ha pertenecido a Alemania hasta después de la Primera Guerra Mundial y los predecesores de Hitler también quieren que sea devuelta.
La táctica de Hitler le resulta favorable. Le da el coraje de intentar romper otros acuerdos internacionales con la misma impunidad. Al ocupar Renania, también ha quitado una ventaja estratégica a Francia, lo cual resulta muy útil en una nueva guerra. Puede desplegar su ejército nuevamente en la frontera francesa. En Alemania, aumenta su popularidad, pues ha borrado esa mancha de humillación del tratado de Versalles. Y Alemania vuelve así al ruedo.