Los Estados Unidos llevan adelante, desde marzo de 1945, pesados bombardeos en decenas de ciudades japonesas. Con bombas incendiarias son destruidas gran parte de las ciudades y fallecen cientos de miles de ciudadanos. Con estos ataques, Estados Unidos se prepara para una posible invasión y espera obligar a Japón a rendirse rápidamente, pero ese no es el caso.
Mientras tanto, los Estados Unidos prepara la construcción de bombas atómicas, que deberían tener mayor impacto. El 6 de agosto de 1945, por primera vez en la historia, un bombardero estadounidense lanza una bomba atómica. El objetivo es la ciudad japonesa de Hiroshima. La bomba destruye la ciudad y mata a decenas de miles de civiles, produciendo un gran incendio que ocasiona más destrucción a la ciudad.