El 20 de julio de 1944, el oficial alemán Claus von Stauffenberg coloca una bomba debajo de la mesa, durante una reunión con Adolf Hitler. Y en cuanto Von Stauffenberg se retira, explota la bomba. Por algún milagro, Hitler sobrevive el ataque. Tiene algunas quemaduras y heridas leves y sus tímpanos están desgarrados por la explosión. Esa misma noche se escuchará su voz en la radio alemana para demostrarle a la población que continúa vivo.
De este modo, el complot, del cual Von Stauffenberg forma parte ha fracasado. Un gran número de oficiales del ejército alemán querían liberarse de Hitler. Los implicados tenían cada uno sus propias razones para participar en este complot. Algunos querían tener más influencia y poder, mientras que otros querían evitar que Hitler destruyera a Alemania en una guerra sin sentido.
Cientos de arrestos se realizan poco después del atentado. Después de un corto juicio, los líderes del ataque reciben la pena de muerte